Por qué soy el único latino en la foto ?

Podría publicar esta foto aquí con el siguiente título: conociendo a otros viajeros en las montañas de Marruecos. Pero mi sentido crítico no me lo permite, es necesario hacer algunas observaciones: en la foto hay dos parejas de franceses, dos chicas de Canadá y un latinoamericano. ¿Eso te dice algo? Ya puedo adelantar que, como latino, soy prácticamente una excepción entre otros viajeros. Podría publicar otras fotos mías con viajeros que encontré en el camino y se repetiría el escenario, es decir, casi todos europeos o del norte del continente americano. En casi dos años de caminata encontré muy pocos latinos viajando, incluso cuando estaba en América Latina, ni negros ni personas trans u otros grupos históricamente puestos en condiciones minoritarias. Sé que ya hice esta reflexión aquí, pero esto es algo que me sigue preocupando. Algunas conclusiones: 1) Este es un espacio al que solo tiene acceso un determinado grupo y hay que decir que es el grupo el que tiene acceso a todos los demás derechos básicos. Por lo tanto, viajar sigue siendo el privilegio de un solo grupo y no un derecho. ¿Y por qué debería ser un derecho? Mi argumento podría enumerar los beneficios culturales, emocionales y sociales que proporciona viajar. Sin embargo, creo que no es necesario seguir este camino, ya que la propia ONU, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, firmada en 1948, ya sitúa el derecho de ir y venir como un derecho que debe ser garantizado a todas las personas. Pero en la práctica, sabemos que no es más que un ideal. Cuando un europeo, un australiano o un estadounidense viene a un país pobre, no se le pide que muestre cuánto dinero tiene en la billetera, ni se le pregunta por su profesión o si tiene billete de vuelta a su país. Su pasaporte es automáticamente un certificado de su idoneidad y una garantía de que escucharás de parte del agente de inmigración, acompañada de una amplia sonrisa, la frase: “sea bienvenido a nuestro país”. Esto me hace pensar que el derecho universal de ir y venir no es tan universal. Y aún, sólo los blancos ricos se encajan en la categoría humana; 2) viajar, para quien histórica y socialmente sufrió un proceso de marginación, es prácticamente un acto de transgresión y resistencia. Cuando viajo digo que no estoy de acuerdo con que mi vida tenga que estar marcada todo el tiempo por un trabajo (mal) pagado. Soy consciente de que aparecer en esta foto significa superar una barrera impuesta por el sistema político y económico actual. Al estar ahí estoy diciendo que ese espacio también debe ser ocupado por latinos y latinas, hombres y mujeres negros, personas empobrecidas y/o personas discriminadas por su nacionalidad. Pero eso no es suficiente, ya que ninguna acción aislada resulta en transformaciones sociales . Es necesario que nos organicemos colectivamente para tener acceso al pan y al arte, a la salud y a los sueños, a la educación y también a los viajes. Se podría argumentar que tenemos tantas otras preocupaciones y demandas, que son mucho más urgentes, ¿por qué hablar de viajes? Creo que no estoy hablando estrictamente de viajes, sino de las marcas de la desigualdad social en nuestras vidas y los espacios y realidades en los que no se nos permite estar como resultado de esta desigualdad.

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